Que la paz de Jesús inunde tu corazón y mente, y que en este día en el que celebramos Su nacimiento, seas testigo de la transformación que solo Él puede traer.
Ser una intercesora es uno de los roles más maravillosos que desempeño, ya que es una forma de amar a los demás y de confiar en que el Señor les puede cambiar la vida para bien.
¿Qué estás tratando de controlar en esto momento? Quizá tu matrimonio, una relación sentimental, un entorno laboral, tus hijos o tu futuro, entre muchas otras situaciones.
En todo momento es muy importante que, cuidemos lo que escuchamos y que afinemos nuestros oídos para oír con la fe la voz del Señor.
En esta temporada del año en la que reflexionamos sobre todo lo bueno que Dios nos da, es un buen momento para que, como muestra de ese agradecimiento, compartamos un poco de lo que mucho que tenemos.
El nombre «Hechos 29» simboliza la continuación de los hechos de los apóstoles en la actualidad.
La Palabra de Dios nos enseña que más bienaventurado es dar que recibir, lo que quiere decir que, tanto la generosidad como dar sin esperar nada a cambio, es sumamente importante en la vida de todo creyente.
La mayor parte de veces, hasta que ejecutamos el acto de obediencia, conocemos el verdadero propósito de lo que nos pide y sucede.
A pesar de las pruebas y las tormentas que nos acechan, Dios nos ofrece paz y nos extiende Su mano en medio de ellas.
Una sujeción implica crear una unidad nueva donde cada elemento pasa a ser complemento del otro.