fe
Ser una intercesora es uno de los roles más maravillosos que desempeño, ya que es una forma de amar a los demás y de confiar en que el Señor les puede cambiar la vida para bien.
Cuando Jesucristo, quien es omnipotente y omnisciente, ve que sufrimos, busca cambiar nuestra situación para que encontremos paz.
Las tres últimas enseñanzas de esta serie son una reflexión contemporánea de los 10 mandamientos de la Ley de Dios.
La Palabra de Dios nos enseña que más bienaventurado es dar que recibir, lo que quiere decir que, tanto la generosidad como dar sin esperar nada a cambio, es sumamente importante en la vida de todo creyente.
Creemos que el Señor está abriendo una temporada en la que está buscando corazones que gocen Su presencia y en la contemplación de Su majestad.
Como hijos de Dios debemos cumplir un propósito en la Tierra: que el nombre de Dios sea glorificado.
El servicio y el voluntariado son el sacrificio que voluntariamente ofrecemos por amor a Él y al prójimo.
La Palabra nos relata milagros sorprendentes que demuestran que somos hijos de un Dios todopoderoso que se ocupa de hasta el más mínimo detalle.
Cuando adoramos a Dios, hacemos que nuestras palabras sean elevadas con expresión de gratitud para exaltar Su nombre.
En estos tiempos tenemos que estar muy atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y esforzarnos en seguir el camino que el Señor ya trazó para cada uno de nosotros.