Las mujeres influencian el mundo en que vivimos. De hecho, en el Génesis podemos ver que Satanás eligió a Eva porque conocía su poder de influencia sobre Adán.
Hoy en día las marcas usan a la mujer como las que toman las decisiones y, sobre todo, como expendedoras de dinero a favor de sus productos. Las organizaciones y movimientos sociales, por su parte, las usan como marionetas de causas que muchas veces no terminan de comprender. Y los hombres, su contraparte, muchas veces las usan como objeto de placer sin darse cuenta de lo que son.
Ante esta situación creemos que como Iglesia debemos rescatar la identidad de la mujer para empezar a sanar sus heridas. Valoramos a la mujer no solo por lo que puede hacer o alcanzar, sino, especialmente, por lo que es: mujer.
Por eso este ministerio se propone rescatar la identidad de cada mujer y sanar las heridas de su corazón. Esa es la razón de este esfuerzo colectivo de Casa de Dios llamado Mujer.