¿Hay algo en tu vida de lo que aún no tienes control? ¿Hay descontrol en tu vida moral que llevas a las relaciones que tienes con otras personas, como envidia o celos? Sirve muchísimo detectar aquello que aún nos controla porque tenemos que dejar que Dios intervenga y que sea Él quien controle nuestra vida.
Es difícil cuando identificamos que todavía tenemos dentro algún enojo, miedo o dolor que nos controla. La Biblia nos enseña que sí nos podemos enojar, pero no pecar, pues debe haber un límite. Si nos controla aún el enojo podemos llegar a pasarnos del límite y, por consiguiente, ofender y hacerle daño a las personas que nos rodean.
Necesitamos estar de acuerdo con Dios acerca de nuestra vida porque cuando no dejamos que Él intervenga, perdemos el control. Por ejemplo, tú puedes pensar que tienes el control cuando bebes, que puedes controlarte cuando estás afectado por las drogas o que puedes controlar la música que escuchas. Sin embargo, llegará un momento en el que no lo vas a poder hacer tú solo, por eso tienes que dejar que Dios tome el control de toda tu vida.
Otro ejemplo, a veces buscamos hacer todas las cosas posibles para estar siempre felices, cuando la felicidad que el mundo nos da es pasajera y momentánea. Lo que el Señor quiere es que tengamos la felicidad verdadera que Él ha prometido. La Palabra del Señor dice que todo es lícito más no todo nos conviene, lo que quiere decir que tenemos que tomar el control para decirle ya no más a lo malo.
Gálatas 5:22-25 dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Deja que Dios tome el control de tu vida para que esos frutos te alcancen. Cuando nos acercamos al Señor aprendemos a decirle no a todo aquello que está mal. El Espíritu de Dios te anhela celosamente y quiere tomar el control de tu vida y guiarte por el buen camino. Él te está diciendo que no vayas a ese lugar y que no te relaciones con esa persona porque no te conviene, porque busca rescatarnos y traer un futuro bueno.
No te avergüences de la Palabra del Señor. En estos tiempos es cuando más debes estar firme y seguro de que somos hijos de Dios, que somos bendecidos, que nos gozaremos en todo lo que Él ha hecho y que los deseos de la carne los sujetaremos a Su espíritu.
La gracia nos enseña lo divino, la salvación en Cristo Jesús, a rechazar la impiedad, a renunciar a los deseos mundanos, a vivir de forma sobria y justa, a tener dominio propio y a vivir con expectativa de la gloriosa manifestación del Espíritu Santo de Dios. Vivimos en el tiempo de la gracia, la cual está contigo y conmigo, al igual que el amor incondicional de Dios, quien ha perdonado todos nuestros pecados para darnos esa oportunidad.
Gálatas 5:16-18 dice: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
¿Qué es lo que te está enseñando el Señor en este tiempo? Él te va a revelar qué cosas no te convienen porque la carne no puede seguir dominándote con esos deseos y con esas pasiones que te confunden, que te están quitando tu identidad y que te están llevando a un camino equivocado.
Proverbios 5:1-2 dice: Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído, para que guardes consejo, y tus labios conserven la ciencia.
El Señor hoy te está diciendo que tienes que trabajar en tu forma de ser. Ya no puedes dejar que algo más de controle tu vida, pues tú tienes la autoridad para tener el control, de la mano de Dios.