Si anhelas abrir un grupo de amistad, un estudio bíblico o simplemente deseas enseñar la Palabra a otras personas, te felicito porque es una maravillosa decisión. En la actualidad muchos están siendo desafiados para ser líderes y si eres uno de ellos quiero hablarte de la importancia de administrar. Sé que los seres humanos somos administradores por naturaleza, pero administrar sabiamente es un mandato de Dios.
Administrar es saber ordenar los bienes. No solo se trata de finanzas ya que también debemos aplicarlo en el ámbito espiritual. De hecho, esa es la forma como Él administra la iglesia con la ayuda de sus ministros. En la Biblia leemos que desde los inicios de los tiempos creyó en las personas y nos diseñó para que pudiéramos valernos por nosotros mismos y nos ayudáramos mutuamente.
De mi esposo me han sorprendido muchas cualidades y una de ellas es su capacidad de administrar la casa, la iglesia, los negocios, etcétera. Dios nos prepara a todos para que, cada uno a nuestra manera podamos cumplir con este mandato. Por eso a cada uno nos asignó una finalidad y nos dio dones que espera que usemos, no que los enterremos. Él nos recompensará o castigará según cómo hayamos actuado con los dones que nos dio. Debemos saber administrar según hayamos recibido y no quedarnos cruzados de brazos. Por eso la Palabra dice que nos expandamos, que nos esforcemos, que no seamos perezosos, que actuemos y hagamos producir nuestros dones.
¿Cuáles son esos dotes que tienes, los regalos que nuestro Padre te ha dado? Pídele que te guíe a descubrirlos si aún no lo sabes; y si ya lo sabes, que te ayude a administrarlos de la mejor manera. De esa forma le demostrarás que fuiste digno de ellos.