Mateo 6:10 dice: Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Esta porción de la Biblia nos muestra que sí es posible que el reino de Dios se establezca en nuestra nación. Es muy importante que como cristianos e hijos de Dios nos pongamos a la brecha por nuestra nación, pues hay muchas que hoy se encuentran en guerra.
El Señor nos da las herramientas para que peleemos y anhela nuestro bienestar; el de nuestros hogares, el de nuestro trabajo y el de nuestra nación. La Palabra dice que nos vistamos con Sus armaduras para protegernos cuando viene una guerra.
1 Timoteo 2:1-4 dice: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Dios quiere que vivamos quieta y reposadamente, por lo que nos pide, como un mandato, que nos levantemos a orar por nuestra nación. En ocasiones creemos que el bienestar de un país es responsabilidad de una persona, pero realmente es responsabilidad de todos sus habitantes. El enemigo está equipado para atacarnos y tiene su orden en las huestes espirituales de maldad, pero nosotros también estamos equipados para proteger.
Levántate de madrugada, pasea en cada habitación de tu hogar y declara que la presencia de Dios está allí. Actívate, bendice tu casa, tu familia y tu nación porque el bienestar tiene que empezar contigo.
Una vez le pregunté al Señor por qué había tanta opresión en nuestra nación y me respondió que porque hay mucha necesidad. Sin embargo, sabemos que Él es el Señor de señores, el principio y el fin y que está con nosotros en todo momento.
Jeremías 29:7 dice: Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Sin duda, el bienestar de cualquier nación, depende del bienestar propio, por lo que, si en este momento estás atravesando adversidades o estás yendo por el camino equivocado, acércate al Señor, pues Él te dará el bienestar y la paz que necesitas.
Hoy puedo decir que estoy de lleno en el reino de Dios y en el Evangelio porque mi país, Guatemala, durante muchos años no estuvo en paz. Desde la década de 1960 a la de 1990, aproximadamente, hubo una guerra en la que las personas sufrieron muchísimo. Miles de hombres y mujeres murieron, y mi hermano fue uno de ellos.
Hechos 10:34-35 dice: Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. Dios no hace acepción de personas ni tiene favoritismo, Él te ve a ti como a mí, por lo que de la misma forma nos quiere bendecir a todos por igual.
A veces nos molestamos por las injusticias y decimos que qué malas autoridades tenemos, pero debemos entender que Dios las puso con un propósito. Dice la Palabra que Él bendice a todas las autoridades, así que te motivo a que bendigas a las tuyas porque el Señor puede hacer un milagro en ellas.