Hace un tiempo tuve el privilegio de acompañar a mi esposo a un evento en el que enseñaron acerca de los movimientos globales que quieren cambiar nuestra forma de pensar y me impresionó muchísimo. Esos grupos están tratando de culturizarnos y de cambiar el verdadero significado de la palabra diversidad, por medio de los dispositivos móviles y medios de comunicación, entre otros.
La diversidad es una palabra que no tiene límites y el nuevo significado que le están poniendo da a entender que no tenemos que obedecer las leyes, las normas ni la educación. Por supuesto que tenemos que tener diversidad, pero la que nos están imponiendo es extremista, lo cual no va con los principios bíblicos ni con los valores y moral que nos han enseñado en casa.
Génesis 1:20-26 dice: “Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Tú y yo estamos diseñados biológicamente como Dios nos creó. Cuando escucho los términos que actualmente nos quieren imponer, siento como si estuviera en una película de terror. No quiero creer que venimos de un gas raro, del mono o de un animal; por el contrario, creo que venimos de Dios, quien nos creó a Su perfecta imagen y semejanza. Cuando me veo al espejo, entiendo que los detalles en mí no son solo resultado de la unión de mis padres, sino de Su creación.
Tenemos que entender que Dios nos creó para pensar y sojuzgar la tierra, y eso es lo más valioso que podemos transmitir en esta época. Lucas 1:3-4 dice: “Me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido”.
Nosotros estamos hoy acá por la gracia y misericordia de Dios. Nuestro Dios es verdadero porque dejó que esto le sucediera en la humanidad para darle valor a la mujer y a lo que pasa en nuestro vientre.
Otro término que se está usando actualmente es el hombre y la mujer biológica, y existen muchos más términos que están en contra de lo que Dios escribió acerca de nosotros. A veces no nos damos cuenta de que el mundo, de forma muy sutil, nos está queriendo engañar.
Mateo 5:13-14 dice: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.
Nosotras en este momento tenemos un mandato que cumplir de parte de nuestro Dios: obedecerle y enseñar a los demás. Todos necesitamos corrección para ya no decir malas palabras, para ya no tener malas actitudes, para ya no responder mal, para no decir mentiras y para no ofender al prójimo, por ejemplo. Es por ello que tenemos que entender que Él nos ama y por eso nos corrige.
La ciencia y la medicina nos enseñan que nuestro organismo está formado por cromosomas que definen nuestro sexo. La mujer tiene los cromosomas XX y el hombre los XY. La Y es tan fuerte que, en la parte de abajo, hay una porción de proteína que es la que tiene las características masculinas; es ahí donde vemos la diferencia de lo que es la mujer y lo que es el hombre. Sin duda alguna, el diseño de Dios es perfecto, por lo que no tienes que dudar si eres mujer u hombre, solo mírate al espejo y agradécele a Dios por la creación tan perfecta que eres.
Hay muchas cosas que han sido depositadas en tu mente y en tu corazón que necesitan ser restauradas. Dios te está dando la oportunidad de que veas ese manual de vida y de conducta, y de que entiendas que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo y que tu cuerpo vale la sangre de Cristo Jesús, rociada en la cruz del Calvario.