Las señales de los últimos tiempos

Las señales de los últimos tiempos

Mateo 24:3-8 dice: Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.

¿Qué clase de preguntas están haciendo los líderes en la actualidad sobre los últimos tiempos? ¿Has cuestionado algo sobre este tema? Considero que la mayoría de las personas sentimos curiosidad al respecto. Nadie sabe qué tan cerca o lejos están los últimos tiempos, pero lo que sí sé es que, como creyentes, debemos mantenernos firmes en nuestra fe y acercarnos cada vez más a Dios.

Aunque las circunstancias nos quieran alejar de Su presencia y amor, y aunque muchas personas nos quieran engañar sobre Su existencia y gran poder, debemos permanecer en Él, adorarlo y exaltar Su nombre en todo momento.

En estos tiempos tenemos que estar muy atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y esforzarnos en seguir el camino que el Señor ya trazó para cada uno de nosotros, porque cada vez más el mal y la mentira se manifiestan. Cuando nos alejamos de Él, nos convertimos en un campo vulnerable para que los ataques del enemigo acechen nuestra vida.

Hay personas que dicen ser líderes que nos engañarán y muchas cosas y situaciones nos quitarán la paz, pero no podemos perder nuestra fe, para no turbarnos. Este es un buen momento para que le pidas al Señor en oración que te dé discernimiento y que Sus promesas sean el fundamento para que sigas adelante en estos tiempos difíciles en los que ya vemos muchas señales del fin.

La Palabra nos enseña que es necesario que todo esto acontezca, por lo que debemos pedirle al Señor que tenga misericordia de nosotros y que guarde nuestro corazón y mente. Todos nuestros sentidos tienen que estar sujetos a Él para que nos guarde y proteja en todo momento.

Dios está con nosotros y jamás nos dejará. Los apósteles, a pesar de las pruebas difíciles y de la tribulación que vivieron en el desierto, se postraban a adorarlo, por lo que vieron manifestaciones de Su gloria. Aunque haya dificultad, debemos exaltar Su nombre con sencillez y humildad, sabiendo que Él nos ama y cuida de nosotros.

El Señor necesita que sigamos predicando el evangelio para que todos los que aún no lo conocen, lo encuentren. Mateo 24:14 dice: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Ya estamos en los últimos tiempos, quizá no en el fin del mundo, pero sí en los últimos tiempos. Algunas señales de ello son la violencia, la inmoralidad que cada día aumenta, la frialdad y tibieza en los creyentes, y mucho odio por el cristianismo y el evangelio. No seamos parte del chisme, contiendas y divisiones, por el contrario, arrodillémonos delante del Señor porque Él anhela bendecirnos aun en la dificultad que el mundo atraviesa.

Dios hará la obra en tu vida, te levantará, te perdonará y ablandará tu corazón para que vuelvas a acercarte a Él. Su amor y misericordia son mucho más grandes y fuertes que el mal. ¡Bendiciones!