Isaías 55:10-11 dice: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
La Palabra del Señor es efectiva. A veces nos acomodamos a que alguien más nos la lea o con solo escuchar los mensajes del pastor en los servicios dominicales, pero debemos ser intencionales en tomarla en casa y leerla con disciplina. Está comprobado médicamente que leer la Palabra del Señor tiene un buen efecto en el cerebro humano.
Así como dice la Palabra, que la naturaleza no puede ser rebelde, nosotros tampoco debemos serlo, sino que tenemos que estar conscientes de que todo tiene una razón de ser. Todas las personas tenemos que aprender a leer la Biblia y a aplicarla a nuestras vidas, pues es la mejor guía y el mejor manual de vida, en el que encontramos promesas, luz, esperanza e historias parecidas a las tuyas y a las mías.
Mateo 4:4-6 dice: “Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: a sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”.
El hijo de Dios tenía que pasar por esta prueba. Él era muy obediente, por lo que cumplió con todo lo que el Padre le solicitó. Esto nos enseñó cómo tener misericordia y amor, y cómo llegar a la casa del pecador y darle la oportunidad de que sirva a toda persona. Él se miraba y sentía débil, pero sabía que tenía que buscar a Su Padre Celestial en ayuno y en oración.
Cuando empecé con el Ministerio de intercesión, me recuerdo que leí Mateo 6, que dice que tenemos que cerrar la puerta, orar en secreto y que no seamos como los hipócritas que buscan orar en las calles y ser vistos por los demás. En ese momento el Espíritu Santo habló a mi corazón y me dijo que no me levantara a orar para ser vista y entendí que es importante que levantara un grupo de oración e intercesión.
Tenemos que entender que somos luz, la cual tenemos que sacar en estos tiempos difíciles para alumbrar nuestro alrededor. Tenemos que hablar de valores, de principios y de lo bueno y lo malo, y levantar el nombre de Dios en todo momento y lugar. Para ello es fundamental que leamos y estudiemos la Palabra porque al ser viva y eficaz, nos da luz.
Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Deja que tu alma sea restaurada por la palabra de Dios para obtener más fe. La Palabra dice que esto es espiritual y hace la separación, la cual necesitamos, porque a veces no logramos ver la diferencia en nuestra naturaleza.
Tienes que trabajar con estos traumas y en el ambiente está el famoso trauma del abandono; cuando alguien tiene problemas de abandono, quiere tomar sus propias decisiones. Los traumas existen y siempre lo harán, por lo que tienes que dejar que la Palabra del Señor llegue hasta lo más profundo de tu ser. Él discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, así que ya no uses esta Palabra solo para algunos días, sino que úsala siempre para que pueda restaurar tus pensamientos y corazón.
Hay promesas para sacarte de un problema financiero, para restaurar relaciones, para que cuando venga la prueba puedas resistir y para no dejarte oprimir por el enemigo. Recuerda que el Señor prometió que te sacará de todo lo malo porque la sangre de Cristo está en ti.