La oración es la elevación del alma hacia Dios para adorarle, alabarle, darle gracias y pedir Su perdón, piedad, misericordia para con nosotros y nuestras necesidades. También es la comunicación del corazón con Dios.
La forma de interceder es personal, pues no existe ni requiere una técnica especial. Lo importante es hacerlo con fe, obediencia, entrega e interés por alguna causa. La intercesión debe ser una actitud voluntaria impulsada por el amor de Dios derramado en nuestro corazón por el Espíritu Santo. Nunca debe hacerse por compromiso, imposición o por una compensación económica.
Filipenses 1:4 dice: Siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros. En este versículo se menciona una actitud que caracterizaba la intercesión de Pablo por los hermanos: el gozo. ¡Ese mismo gozo debemos tener nosotros siempre!
Asimismo, es importante reconocer que debemos interceder con nuestro entendimiento, ya que de esta forma oramos con palabras basadas en Palabra de Dios, pero utilizando nuestro idioma natural y la mente. Podemos interceder en el espíritu; al hacerlo oramos en otras lenguas, por lo que no sabemos lo que decimos, pero nuestro espíritu sí lo sabe. El espíritu se edifica con ambos lenguajes; lo único que cambia es que el entendimiento sí edifica solo cuando oramos en nuestro idioma natal.
La intercesión es personal, pero también puede realizarse en grupo aunque requiere de mayor sabiduría y disciplina. Para interceder de esta forma es necesario un líder que oriente y ordene las peticiones de todos. Las sesiones de intercesión deben ser formales y ordenadas para evitar la intercesión de falsos profetas.
Existen algunas formas recomendadas para interceder correctamente: 1. La intercesión en grupo debe guiarse por un líder o director. 2. Hay que ser prudentes y orar conforme a la Palabra, de modo que si se intercede en grupo habrá que guardar el orden y no buscar protagonismo. 3. La intercesión debe ser guiada por el Espíritu Santo. 4. La intercesión debe determinar cuándo se tendrá la manifestación de victoria; es decir, cuando ya no se sienta carga por una situación específica. 5. Hay que orar y ayudar para fortalecer la intercesión y motivar la disciplina física y espiritual. 6. Es mejor que los grupos de intercesión sean pequeños, ya que es más fácil ponerse de acuerdo.
¿Cuál es el beneficio de orar en lo secreto? Mateo 6:6 dice: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. En lo secreto tenemos una relación con nuestro Padre, por lo que cuando nos ponemos de rodillas, lo sobrenatural, espiritual y glorioso empieza a suceder en nuestra vida.
Hechos 12:12 dice: Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Este versículo confirma también que ellos habían tomado tiempo para orar para que Pedro fuera rescatado de la cárcel. Podemos hacerlo en cualquier lugar siempre y cuando estemos en unidad, en comunidad, en orden y con la misma petición.
La intercesión sí debe hacerse de forma ordenada. El Espíritu Santo viene a restaurar todas las áreas incluyendo el orden porque no se puede interceder en medio del desorden. Debemos acercarnos preparados con la Palabra y las circunstancias por las cuales queremos interceder. Asimismo, es importante priorizar las necesidades de todos.
Interceder es acercarnos al Señor convencidos de lo que estamos pidiendo, así que debemos esperar a que el Señor nos hable. La respuesta a la intercesión podría tomar tiempo, pero es segura si somos perseverantes y oramos en todo momento.
Por otro lado, hay principios que no deben faltar durante las reuniones de intercesión y uno de ellos es que se lleven a cabo decentemente y en orden. 1 Corintios 2:12 dice: Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. ¿Por medio de quién sabemos lo que Dios nos ha concedido? Viene de parte del Espíritu Santo, quien nos guía e intercede por nosotros siempre.
Para llevar a cabo una oración o un tiempo de intercesión a solas o en un grupo debemos prepararnos anticipadamente por las necesidades por las que se va a interceder, apartar un momento de adoración, esperar un momento en silencio para escuchar las relevaciones de parte de Dios, no buscar protagonismo y terminar con acción de gracias para obtener la victoria.
Filipenses 4:6-7 dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.