Existen algo muy poderoso que pueden definir lo que haremos en el futuro y que puede marcar nuestra vida si lo permitimos: las circunstancias, la cual nos pueden llegar a matar porque nos hace perder la esperanza. Lo malo de esto es que cuando el ser humano no logra alcanzar lo que anhela, muchas veces se deja morir.
Estos últimos días que quedan del 2021, aprovechémoslos para presentarnos delante de Dios con la expectativa de que las cosas deben cambiar y mejorar. No podemos permitir que lo malo que ha sucedido ahogue nuestras expectativas y acabe con nuestra vida. Cuando las cosas van mal, la mayoría dejan de luchar, pues se cansan, se debilitan y pierden el ánimo, pero no podemos ser de las personas que se quedan de brazos cruzados ni podemos empezar un nuevo año con mentalidad negativa.
¿Con qué expectativa empezarás el 2022? Hay quienes guardan en su corazón la frustración que dejaron las malas experiencias. Es más, muchos ya se acostumbraron al estilo de vida que llevan, por lo que dejan que las circunstancias marquen su futuro. Si eres de esos, ¡no lo permitas más! Cree que en medio del peor momento de tu vida verás los milagros de Dios.
Debemos ser personas que le saquemos cosas buenas a Dios a través de la oración. A pesar de lo malo, no ores con resignación por el año que termina, sino que declara con fe que tu situación cambiará por completo y que el año que está por iniciar será muchísimo mejor que el que está por finalizar. ¡Eres capaz de recibir el milagro que necesitas!
Tomate un momento para escribir tus sueños y anhelos, y para que se los presentes a Dios creyendo con todo el corazón. Antes de que termine el 2021 decídete a creerle solo a Él y disponte a limpiar tu corazón de todo lo que te dejó los últimos 12 meses. Pon tu mirada en los tiempos nuevos que Dios tiene para ti, sabiendo que Él sigue vivo y que jamás te olvida.
Hay cosas por las que le creí a Dios a principio de año y no las tengo todavía, pero no por ello dejaré de orar, clamar, interceder y buscar al Señor, pues Él sabe los planes que tiene para mí.
Es necesario barrer la casa del desánimo, de la tristeza y de la frustración para no comenzar el 2022 sin un destello de fe. Decide si quieres ser del montón o si serás de los que se acercan al Señor con fe para arrebatar milagros tanto para ti como para tu familia.
¡Feliz y próspero Año Nuevo!