Un cumpleaños diferente

Un cumpleaños diferente

Mi esposo siempre dice que la vida no se mide en años sino en logros. Hoy que llego a un año más de vida quiero agradecer las muestras de cariño que empezaron a llegar desde temprano a través de mensajes, notas de voz, fotos y publicaciones de muchas personas. ¡Gracias a cada una por sus buenos deseos, por sus oraciones y sus palabras!

En verdad me siento afortunada por la salud, la familia, los amigos, el trabajo, el techo, la comida, mis hijos y mis nietos, pero también por cada situación que me ha tocado vivir y que, sin duda alguna, me han hecho la mujer que soy.

Desde que aceptamos el llamado de Dios, los cumpleaños en casa no han sido una prioridad. Nos hemos acostumbrado a celebrar hasta cuando estamos todos aunque la fecha ya haya pasado. Las actividades ministeriales nos han hecho viajar a cada uno en diferente tiempo, así que hemos ido cambiando nuestra dinámica para reunirnos en familia.

Hoy, a causa de la cuarentena, fue un festejo diferente. Fue como en los viejos tiempos, cuando nos acabábamos de casar y estábamos solos en nuestra casa. Recibí las muestras de cariño de mi esposo, que tengo que decirles que, lejos de las bromas que hace en la plataforma, es un hombre cariñoso, detallista y su sentido del humor alegra todos los momentos. También me emocioné con los saludos de los nietos y la videollamada con Anita. Aunque extrañé algunos abrazos, realmente ha sido un día maravilloso.

Con el paso del tiempo he aprendido que la auténtica finalidad de la vida es saber vivirla con intensidad, ilusión y pasión para cumplir cada uno de nuestros sueños, por más pequeños, grandes, simples o locos que sean.

Estoy convencida de que tengo mucho más que dar. El Señor nos ha llamado a servirle siempre y tengo que trabajar para seguir dando frutos y que el Ministerio de intercesión siga impactando la vida de muchas personas, donde queremos ayudarlas a conectarse con el Padre a través de la oración. En esta temporada en la que nuestro corazón puede sentirse afligido, hablar con Dios es el camino que siempre nos llena de paz.

Empiezo un año más y espero que sigas a mi lado, para seguir creciendo juntas. ¡Gracias!