Cuando nos acercamos al 31 de diciembre solemos hacer un recorrido mental de lo que vivimos a lo largo del año. En lo personal, el Año Nuevo suele ser una época en la que me tomo un momento para reflexionar y para orar, clamar e interceder, para que el nuevo año que se acerca sea de mucha bendición y para que, en ese nuevo tiempo, pueda cumplir con el propósito que Dios tiene para mi vida.
Debemos tener en mente que la oración y la intercesión son fundamentales para empezar cada año con el pie derecho ya que son la base para que encontremos la dirección y sabiduría que solo Dios puede darnos. Asimismo, ese tiempo en el que hablamos a solas con Él es indispensable para que identifiquemos cada una de las metas que tenemos para los próximos 365 días y para priorizarlo que nos ayudará a ser mucho más eficientes y productivos.
Estamos a días de culminar 2023, un año lleno de retos, pero también de miles de bendiciones en el que, una vez más, vimos la mano poderosa y el inmenso amor de Dios. Es por ello que en Casa de Dios —a iglesia que dirijo junto a mi esposo— el último día del año siempre celebramos con un servicio denominado “La noche de los decretos”, en el que recibimos Palabra y poder para afrontar con la mejor actitud y con fe activa todo lo que viene.
Si tuviste un año lleno de adversidades en el que sentiste que tu mundo se derrumbaba porque sufriste crisis financiera o la muerte de un ser querido, quiero decirte que para Dios no hay nada imposible; y que si confías plenamente en Él, pronto vendrá la calma. Este año, hace dos meses, yo también perdí a una de las personas que más amo: mi madrecita bella, Merce; sin embargo, aunque fueron momentos difíciles, sé que ella está disfrutando de la vida eterna y tengo paz en mi corazón.
Este es un buen momento para que declares con tu propia boca y que creas firmemente que tiempos mejores vienen. Aprovecha estos pocos días que nos quedan del 2023 para presentarte delante de Dios con la expectativa de que todo cambiará para bien en tu vida y que te esforzarás mucho más para vivir conforme a Su voluntad. No te canses de luchar por ser mejor cada día y por marcar la diferencia porque la Iglesia de Cristo y el mundo nos necesitan.
Oro para que finalices este 2023 de la mejor manera y para que inicies 2024 reconociendo tu propósito en esta Tierra. Recuerda que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana y que Él perdona todos nuestros pecados si los reconocemos, así que aprovecha los próximos doce meses para ser la mejor versión de ti mismo, y para honrar al Señor y alabarlo con palabras y acciones. ¡Feliz y próspero Año Nuevo!