Está comprobado científicamente que, como seres humanos, tanto hombres como mujeres, tenemos miles de pensamientos al día. Muchos de ellos buenos y enfocados en el presente, pero muchísimos otros suelen ser malos, negativos, tóxicos y atados al pasado. La realidad es que la mente es poderosísima, por ello debemos aprender a guiarla por el buen camino, tomados de la mano del Señor, ya que, si no lo hacemos, sobre pensamos las situaciones y vivimos en desesperación, angustia, ansiedad y hasta en depresión.
Somos hijos de un Padre amoroso que sabe perfectamente lo que necesitamos. Él desea que, todos los días, aunque se presenten obstáculos y problemas, avancemos hacia lo que tiene preparado para nosotros y que lo hagamos con una mente sana y con pensamientos que, en lugar de destruirnos, nos construyan. Sé que hay miles de personas que han vivido acontecimientos difíciles que han dejado una marca en sus corazones u ocasionado traumas, sin embargo, Su poder es más grande, de forma que, de Su mano podemos soltar el pasado para encontrar Su verdad.
Si sientes que estas enfrascado en el pasado, pero tienes todo el deseo de salir de ese oscuro lugar, ¡acércate al Señor! Recuerda que solo en Su Palabra encontramos las herramientas que necesitamos para contraatacar lo que el enemigo desea fervientemente que creamos y vivamos. Si estás dispuesto a avanzar, este es el momento perfecto para que te pares y le pidas que llene tu mente de pensamientos de perdón, sanidad y esperanza, pues solo en Él encontramos libertad.
Muchas veces, sin darnos cuenta, le damos mucha más importancia a algo que vivimos, que quizá ya no existe, en lugar de priorizar al presente. En este nuevo año que recién iniciamos, para encontrar plenitud y acercarnos a nuestro propósito, debemos soltar el pasado, dejar de añorar viejos tiempos y desaferrarnos de todo aquello que nos está robando la paz y alegría. La vida, aunque es complicada, es el regalo más lindo que el Señor nos dio, así que, si queremos ver cambios trascendentales, enfoquémonos en las nuevas oportunidades y en las bendiciones que tenemos.
Sé que suena fácil hacerlo, pero que para muchos no lo es. Soltar el pasado no significa que nunca más volverás a pensar en lo que te sucedió, sino que pensarás en ello, pero ya no serás esclavo de tu mente ni atesorarás ese sentir en tu corazón. El Señor nos dio la capacidad de decidir y la fuerza para tomar el control de nuestras vidas, a través de la guía y acompañamiento del Espíritu Santo, así que te animo a que, en ese momento, te conectes con Él y sueltes todo lo que has venido arrastrando para que abraces todo lo bello que Él tiene para ti. ¡Bendiciones!