Relaciones exitosas

Relaciones exitosas

En distintas facetas de la vida tendremos que tomar decisiones importantes que pueden cambiar nuestro rumbo, una de ellas es elegir a la persona con la que nos uniremos en matrimonio para pasar el resto de nuestras vidas. Soy fiel creyente de que la amistad es fundamental para toda buena relación, incluyendo la matrimonial, puesto que una pareja se origina de forma natural, de una amistad fuerte, leal y fiel, que luego se convierte en enamoramiento, admiración y en el deseo de atravesar juntos lo bueno y lo malo.

Todos sabemos que no tenemos la capacidad de elegir quiénes serán nuestros padres, en qué país nacer y los rasgos físicos que nos caracterizan, sin embargo, sí podemos elegir con quién vivir y formar una familia. He tenido la oportunidad de ministrar, aconsejar y acompañar a muchísimas parejas en diferentes etapas de su relación, y algo que siempre les digo es que debemos enamorarnos con el corazón, pero también con la razón, y que debemos amarnos a nosotros mismos antes de amar a alguien más.

En reiteradas ocasiones he dicho que el matrimonio es una de las etapas más retadoras, pero lindas de la vida, pues es una unión santa, especial y bendecida por Dios que no solo tiene que ver con lo físico y sexual, sino que también con lo espiritual. Cuando un hombre y una mujer se casan, se prometen delante de Él que se amarán, honrarán y respetarán mientras ambos tengan vida. Por ello es que me sorprende muchísimo que, en la actualidad, millones de personas no lo valoran ni respetan, sino que, por el contrario, se lo toman a la ligera o como un chiste.

Sin duda alguna, dos son mejor que uno, pero tres son mejores que dos. En el matrimonio, cuando permitimos que Él forme parte de la ecuación en todo momento, cada instante se vuelve más disfrutable. Por supuesto que no es sencillo dejar a nuestro núcleo familiar para ir a construir nuestro propio hogar, pero la Biblia nos enseña que Él creó al hombre y a la mujer para que trabajen juntos, se bendiga, se amen y se ayuden en el cumplimiento de sus metas. Si elegimos a esa persona especial, sabiendo que es Su voluntad, alcanzamos esto y mucho más porque Él es bueno con quienes son obedientes.

No sé si ya estás casado o no, pero cualquiera que sea la situación sentimental en la que te encuentres, debemos ser intencionales en cuidar y valorar la amistad que tenemos con quienes queremos. Recuerda que el perdón es vital para que logres relaciones exitosas, ya que, como seres humanos imperfectos, sin a veces quererlo o buscarlo, lastimamos de muchas maneras y somos propensos a que nos hieran. No existen amistad, ni noviazgos ni matrimonios perfectos, ya que siempre habrá problemas, disgustos y desacuerdos, pero si vivimos el presente de la mano del Señor, sabiendo que todos los días necesitamos perdonar y ser perdonados, disfrutaremos al máximo el amor. ¡Bendiciones!