Casi todas las semanas escucho a personas decir que entre más grandes de edad son y más experiencias atraviesan, lo que principalmente buscan es vivir en paz. En una o varias etapas de la vida, como seres humanos con múltiples defectos, sufrimos depresión, ansiedad, tristeza y miedo, entre otros sentimientos negativos, como respuesta al peligro o a la incertidumbre, lo que nos hace perder la calma. Lo lindo es que somos hijos de un Dios que dio Su vida por amor a nosotros, quien nos devuelve todo lo bueno que tiene para nosotros si tan solo creemos en Sus promesas y Palabra.
A pesar de las pruebas y las tormentas que nos acechan, Dios nos ofrece paz y nos extiende Su mano en medio de ellas. Aunque en ocasiones no logramos identificar el origen de la ansiedad o de aquello que aleja la armonía de nuestras vidas, Él sí puede y está dispuesto a intervenir por nosotros y alejar de nuestros corazones esos sentimientos que nos hacen daño. Yo lo he vivido y sé que miles de personas también, por lo que solo debemos aferrarnos a Su poder y creerle aun cuando estemos tocando fondo.
En momentos de desasosiego, la paz solo la encuentro doblando rodillas y encontrándome a solas con el Señor. Por supuesto que he atravesado, al igual que muchos, temporadas dificilísimas en las que he sentido que ya no lograré levantarme y seguir adelante, pero ha sido en esos momentos en los que he depositado mi confianza en Él, quien es nuestro refugio, fuerza y ayuda idónea. Soy intencional en vivir cada día sabiendo que, sin importar lo que suceda a mi alrededor, Él estará conmigo.
Ahora bien, es cierto que, así como existe el bien, existe el mal, es por ello que, aunque confiemos ciegamente en Dios y nuestra relación con Él sea nuestra prioridad en la vida, el enemigo siempre buscará atacarnos y hará todo lo que esté a su alcance para paralizar nuestras vidas con miedo. Sin embargo, aunque el diablo intente opacarnos, Él es nuestro libertador y Salvador, por lo que, en medio de las vicisitudes, debemos resistir con fe.
Hay personas que a lo largo de la vida, por razones que como seres humanos no logramos entender, han atravesado situaciones mucho más difíciles que otras, las cuales les han robado la paz. Conozco a algunas que, incluso, me han dicho que, aunque ya salieron del fuego, siguen viviendo en la oscuridad y miedo por el trauma que distintos acontecimientos les han causado. Si esta es tu situación, lo único que puedo decirte en este momento es que sigas confiando en el Señor, que mantengas tu vida entregada a Su señorío y que resistas la obra del enemigo, puesto que de esta forma, tarde o temprano la paz reinará en tu vida.
Oro para que el Señor te muestre los cambios que puedes realizar en tu vida diaria, los cuales te ayudarán a caminar en perfecta armonía, y para que recibas la paz que guarda nuestras mentes y corazones, que solo Él puede darnos. ¡Bendiciones!