No sé si eres de las personas que al iniciar un nuevo año escribe en papel sus metas y objetivos para los próximos doce meses. Yo lo he hecho y considero que es una buena forma de empezar el año centradamente, sabiendo lo que anhelamos y deseamos cumplir para sentirnos realizados como seres humanos en las distintas áreas de la vida. Sin embargo, muchas veces sucede que nuestros planes no son los mismos que Dios tiene para nosotros.
Es importantísimo que entendemos que los planes de Dios siempre son eficaces y que Él nos creó para realizar grandes hazañas. Es impresionante pensarlo de esta forma: si Dios levantó y le dio un propósito a un hombre de seiscientos años como Noé y le dio un proyecto tan grande, ¿qué no podrá hacer con nosotros? Te aseguro que a las personas que creen que su tiempo ha pasado, Dios les podría dar proyectos mucho más grandes de lo que imaginan.
No hay nada más especial en la vida que abandonar nuestros planes para entrar en los de Dios. Noé tenía una vida normal como todos nosotros. Podríamos suponer que trabajaba para llevar el sustento a su familia y para conseguir una mejor casa. En resumen, tenía sus propios planes, como los tenemos todos, pero de pronto Dios le dio un plan diferente: construir un arca. Habrá veces en la vida en que tendremos que tomar decisiones importantes, una de ellas será decidir si te quedas con tus planes o te cambias a los de Dios, los cuales, sin lugar a duda, son mucho mejores.
Quizá en 2021 tuviste muchos planes que no se realizaron, pero ¿con qué planes continuarás en este 2022? ¿Seguirás los tuyos o tomarás los de Dios? He aprendido que siempre nos vendrá bien cumplir con los planes de nuestro Padre. Noé renunció a su plan y cuando entró en el arca quizá era dueño de un terreno para su familia, pero al salir de ella fue dueño del mundo entero, lo cual nos enseña que obedecer la voz de Dios siempre será mejor.
Antes de continuar con tus quehaceres, tómate un momento para hablar con el Señor en oración y pídele que te muestre el camino que debes tomar para vivir conforme a lo que ya planeó, desde que te creó, para cada etapa de tu vida. A veces no entendemos por qué atravesamos ciertas situaciones, sobre todo las que nos causan más dolor y tristeza, pero Dios tiene una respuesta para cada vivencia.
Te animo a que en este nuevo año que recién iniciamos, a pesar de las adversidades, seas la mejor versión de ti misma para influir de la mejor manera tanto a tus seres amados como a quienes te rodean. ¡Siempre podemos ser mejores!