¡Mi país de la eterna primavera!

¡Mi país de la eterna primavera!

Nuestra nación, ese lugar donde el Señor nos pemitió nacer, es muy especial. Estoy segura de que amas a tu país tanto como yo amo a mi bella Guatemala.

No sé si sabías que Guatemala es conocida como “el país de la eterna primavera”. Yo me pregunté de dónde viene esa frase tan representativa, así que recurrí a buscar en la internet y me encontré con varias versiones. La primera es que recibe su nombre por la diversidad de flora con la cuenta —de hecho, el vocablo Guatemala es originario del náhuatl Quauhtlemallan, que significa “lugar de muchos árboles”—. También se dice que se le llama así porque en todo el territorio la temperatura se mantiene en un nivel templado durante todo el año. ¡Eso es cierto!

Sin duda el clima es maravilloso en este país, pero lo mejor de todo es su gente. En general, los guatemaltecos somos muy cálidos y serviciales. Aun con todos los problemas que nuestra nación enfrenta somos a todo dar y nos caracterizamos por ser emprendedores, trabajadores, solidarios e ingeniosos.

Ayer 15 de septiembre celebramos 199 años de independencia patria. Todavía hay mucho que trabajar en ella, pero la libertad que tenemos de poder adorar a Dios es uno de nuestros mayores regalos que debemos cuidar. Estoy segura de que nuestras oraciones pueden provocar que los planes de Dios se cumplan aquí en la Tierra, eso es justamente lo que debemos declarar: que Su reino se establezca en cada rincón de nuestro país y que aquí se practiquen los valores que Dios nos dejó escritos en su Palabra.

Imagina cómo sería el mundo si empezamos a orar, interceder y clamar que el Reino de Dios se establezca. Las naciones serían prósperas y viviríamos en paz.

¿Qué te parece si declaramos cosas positivas sobre nuestra nación? Te invito a que apartes unos minutos de tu día para interceder por ese pedacito del mundo donde te encuentras. Aunque no sea tu país de origen, podrías estar en una patria distinta que te ha abierto las puertas para que te desarrolles.

Ora por tu familia, por los servidores públicos, por tus vecinos, ¡por todos! Que tus palabras se escuchen en el cielo y el Señor, en Su misericordia, conceda sus anhelos.

Ayúdame también a incluir a mi bella Guatelinda en tus oraciones. Declara que sea una nación donde la luz de Jesús brille cada día más.