Las pruebas nos hacen más fuertes

Las pruebas nos hacen más fuertes

La mayoría de las veces, como seres humanos nos es difícil entender por qué nos suceden cosas malas o por qué nos toca atravesar momentos de dificultad que nos generan tristeza, frustración, ansiedad o depresión. Hay quienes, incluso, se han llegado a reprochar por qué viven lo que viven si tratan de ser buenas personas; padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo y ciudadanos. Es normal pensar de esa forma.

Las pruebas que se nos presentan a lo largo de la vida son inevitables. Debemos entender que Dios nos prueba con el objetivo de darnos lo que nos pertenece. Las adversidades son la brújula que Él utiliza para direccionarnos a nuestro propósito y, en muchas ocasiones, sirve como altavoz cuando no escuchamos Sus susurros.

La Biblia nos enseña que el Señor permitió que Job pasara por pruebas porque por medio de ellas llevaría bendiciones a su vida. La prueba en sí misma busca provocar un resultado, perfora en lo más profundo de nosotros para sacar el orgullo que llevamos dentro para reemplazarlo por humildad. Además, nos revela quiénes somos y nos coloca en el sitio de nuestra asignación.

Hay personas que cuando están atravesando alguna adversidad pelean y se ponen en contra de Dios; sin embargo, como hijos Suyos, lejos de tomar esa actitud debemos acudir a Él y pedirle la correcta dirección a través de la oración. Créeme que la oración y la intercesión son capaces de endulzar nuestra vida y quitarnos la amargura que llevamos en el corazón. Recuerda que Él se manifiesta en medio de las pruebas y nos acompaña hasta el final.

Posiblemente ya hayas atravesado la muerte de un ser querido, una enfermedad difícil, un divorcio o un despido laboral y te sigas preguntando por qué Dios permitió que algo así te sucediera. En lugar de seguirte atormentando con preguntas a las que difícilmente les encontrarás una respuesta, pienso que toda prueba y tribulación nos transforman para bien: nos hacen mucho más fuertes y nos desarrollan carácter para levantarnos y continuar.

Te aseguro que Dios respondió tu oración desde el primer día que la hiciste, así que despreocúpate porque el cielo enviará la respuesta antes de lo que esperas. El Señor te preparará en lo secreto para que seas recompensada públicamente y, aunque en el camino se atraviesen problemas e inquietudes, no temas porque son necesarias para el cumplimiento de tu asignación.

Confía en medio de las pruebas porque son temporales y cree firmemente que tu propósito es eterno.