¿Alguna vez has sentido que nunca dejas de pensar? Considero que a muchísimas personas nos ha sucedido. En ocasiones, cuando me estoy arreglando para salir, cocinando o manejando, me doy cuenta de que estoy pensando muchísimas cosas al mismo tiempo que me quitan la paz. Los pensamientos son la interpretación de la información que recibe nuestro cerebro, influenciado por estímulos del entorno. Son también las imágenes, palabras, conceptos o sensaciones que flotan en nuestras cabezas, que nos permiten comprender lo que nos rodean.
Lo cierto es que todo el tiempo estamos generando pensamientos, incluso, podemos tener muchos al mismo tiempo sin darnos cuenta. Una vez escuché a alguien decir que, por más que lo intentaba, sentía que no podía controlar sus pensamientos, lo que me pareció sumamente curioso. La Palabra de Dios nos pide que pensemos en cosas excelentes y dignas de alabanza, pero como seres humanos, muchas veces hacemos todo lo contrario.
He aprendido que, para no caer en fuertes periodos de ansiedad, depresión, miedo y preocupación es importarte que trabajemos y nos enfoques en cuidar nuestros pensamientos, en convertir los negativos en positivos y agradables para Dios, y en concentrarnos en todo aquello que nos haga bien. Si consideras que has sido víctima de malos pensamientos, te animo a que dediques algunos minutos de tu tiempo para pedirle al Señor que te ayude a pensar conforme a Su voluntad.
Sin duda alguna, cuidar nuestros pensamientos es fundamental para nuestro bienestar a nivel general. La realidad es que, si tratamos de pensar positivamente, lo más seguro es que nos sintamos más felices, optimistas y en paz, mientras que, si permitimos que las ideas negativas invadan nuestra mente, nos sentiremos tristes, ansiosos y estresados. Todo lo que pensamos influye en nuestro estado de ánimo y determina nuestras conductas, por eso es que siempre recomendaré irnos por lo bueno.
Personalmente, para cuidar mis pensamientos me ha servido muchísimo ser agradecida, puesto que la gratitud nos ayuda a enfocarnos en todo lo bueno que tenemos. Hay otras personas a quienes les funciona más hacer algún tipo de ejercicio o deporte, realizar algún hobbie, como pintar, dibujar, cantar o bailar, entre otros, o hasta desafiar esos pensamientos negativos para ahuyentarlos. Lo importante es que hagas algo todos los días para sembrar semillas de positivismo.
Oro para que el Señor dirija tus pensamientos hacia Su perfecta voluntad y para que, aun en medio de la adversidad y dolor, predominen pensamientos y sentimientos amables, puros y justos en tu vida. Este es un bueno momento para que seas intencional en proveerle a tu mente lo necesario para generar pensamientos motivados por el Espíritu Santo. ¡Que Dios te bendiga!