Ya hace varios meses que lancé mi segundo libro (y primero totalmente de mi autoría) Mírate bonita, mírate feliz. Una invitación a descubrir quién eres, y puedo decir con muchísimo agradecimiento que ha sido un tiempo maravilloso. Este libro, sin duda alguna, sacó lo mejor que hay en mi corazón. La inquietud que tuve previo a escribirlo fue hablar sobre la identidad para ayudar a las mujeres que tienen dificultad con reconocerse a sí mismas.
Muchos me han preguntado la historia detrás del título de este este libro. Debo admitir que no lo pusimos solo porque suene lindo o llamativo, sino que, desde hace algún tiempo, Dios comenzó a poner en mi corazón la necesidad de crear contenido para ayudar específicamente a las mujeres. En una entrevista Él trajo a mi mente una oración que hice a los 9 años: “Señor, si tú existes yo quiero tener un novio que me vea linda, que me quiera y que esté interesado en ti”. A partir de ese momento, comenzaron a armarse todas las piezas del rompecabezas hasta que logramos llegar a ese título.
Necesitamos saber quiénes somos y reconocer las habilidades que nos fueron dadas. Me he encontrado con muchas mujeres que sufren trastornos de identidad y creo que si descubren lo que realmente tienen en su interior y reconocen sus capacidades podrán ver un futuro diferente. Es verdaderamente triste ver a personas que se maltratan y abandonan, lo que no les permite ver los recursos y herramientas que tienen a su alrededor para brillar.
¡Necesitamos ayudarnos entre todas para crecer emocionalmente sanas y vernos bonitas y felices como Dios nos ve! Por lo anterior es que el año pasado escogí el tema de la identidad como el principal de mi libro. Me encanta y apasiona porque, aunque los recursos que hay en el exterior son limitados, los que una persona tiene por dentro no lo son y a veces no nos damos cuenta de eso.
La Biblia nos enseña desde el Génesis que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. La imagen de por sí ya es una figura y la semejanza significa que tenemos la esencia de ese Dios que es creador, cuidador y dador de vida; y eso precisamente fue lo que depositó en nosotras. Entonces, ¿por qué vamos a pelear en contra de algo que ya está en nuestro ser?
La verdadera felicidad no viene del exterior, sino del interior. La clave para ser feliz y verse bonita consiste en tener un detonante infinito del cual hablo en el libro y que yo identifiqué en un momento de necesidad en mi vida. Dios me consoló y me mostró la línea en la que podía desarrollarme; Él me detonó para servir a los demás. Este detonante nos ayuda a identificarnos y a saber quiénes somos y para qué actuamos.
Sin más que agregar, si aún no has leído Mírate bonita, mírate feliz te invito a hacerlo. Puedes adquirirlo junto con Mi cuaderno de identidad, el cual es un complemento esencial para la lectura de mi libro. Ambos los puedes adquirir en la librería de Casa de Dios. También puedes adquirir mi libro a través de Amazon.