El pedagogo y filósofo francés Jean Jacques Rousseau, respecto a la paternidad, dijo: “Un buen padre vale por cien maestros”. ¡Qué frase tan cierta! La paternidad no solo implica la figura responsable de proveer los recursos para garantizar una vivienda, alimentación, vestimenta y educación de los hijos, sino que también es una pieza fundamental para alcanzar el desarrollo familiar.
Muchas personas, al hablar de la crianza de los hijos, piensan que son solo las madres quienes realizan la tarea, pero no: es un trabajo en conjunto. Tanto las madres como los padres deben comprometerse completamente con la educación y la formación de los hijos con el objetivo de inculcarles valores y principios que sean la base de sus vidas, para que logren ser felices, sanos y exitosos.
Me siento sumamente agradecida por la vida de mi esposo Cash y de mis hijos varones, Cashito y Juan Diego, quienes ya son padres de familia, puesto que he sido testigo de su entrega, coraje y fortaleza para desempeñar ese papel tan importante. Ellos se han distinguido por ser hombres de fe que, desde que son padres, lo han dado y dejado todo por el bienestar y la felicidad de sus pequeños.
Por supuesto que, como cualquier ser humano, son imperfectos; pero siempre buscan ser mejores en todas las áreas de sus vidas para dar el ejemplo. Es una bendición poder ver cómo el legado de mi esposo ha trascendido generaciones, pues desde ya puedo ver la forma en que mis hijos educan a mis nietos, quienes serán hombres y mujeres de bien que continuarán con las enseñanzas familiares.
Asimismo, agradezco el tiempo que pude disfrutar y aprender al lado de mi papá, quien desde hace algún tiempo descansa con el Señor. A pesar de que como familia atravesamos muchos momentos complicados, él supo reconocer sus errores, nos amó y fue responsable al proveernos todo lo que necesitábamos. Sin duda, el esfuerzo que hacen los padres de familia por sostener a sus esposas e hijos es invaluable y admirable.
El próximo sábado 17 de junio celebramos el Día del padre en Guatemala, es por ello que dedico este espacio a todos los padres de mi país y de todo el mundo; que, con amor, dedicación y mucho trabajo han desempeñado su papel de la mejor manera. Tanto la paternidad como la maternidad son trabajos para toda la vida que traen las mejores satisfacciones, alegrías y enseñanzas, por lo que quienes tenemos la dicha de ser madres o padres somos muy bendecidos.
Te animo a honrar, bendecir y amar con palabras y con acciones a los padres de familia que te rodean, sobre todo al tuyo, si aún lo tienes a tu lado. Recuerda que uno de los diez mandamientos es honrar a nuestros padres para que nos vaya bien en la vida, por lo que es vital que siempre tengas en mente que todos los padres y madres son seres humanos que constantemente comenten errores.
¡Felicidades a todos los padres en su día! Que Dios los bendiga y los siga llenando de sabiduría en todo momento.