Todos los seres humanos fuimos creados a la perfecta imagen y semejanza de Dios, quien nos ama profundamente y tiene un plan detallado para nuestras vidas. Nadie nació por casualidad o por error, pues fuimos elegidos por Él para cumplir un propósito enorme, mucho más grande de lo que imaginamos. Aunque la vida no es fácil porque está llena de obstáculos, Él nos extiende Su mano y nos acompaña de forma incondicional porque nos diseñó con detalles únicos y se entregó por amor a nosotros.
La Palabra nos enseña que Dios es amor y todos los días, de una u otra forma, nos demuestra que esa es Su esencia. Nosotros los seres humanos, por nuestra parte, somos imperfectos, con defectos, llenos de inseguridades y, en ocasiones, bastante indiferentes ante distintos acontecimientos. Cuando tenemos poca fe y nos alejamos de Él, el enemigo aprovecha para llenar nuestras mentes y corazones de pensamientos erróneos y de grandes mentiras; sin embargo, Jesús vino al mundo para salvarnos del pecado, transformar nuestras vidas y darnos el acceso a la vida eterna.
A lo largo de mi vida, he conocido a muchísimas personas que caen en profundas tristezas por la falta de amor en sus corazones. La realidad es que, para vivir plenamente, todas las personas necesitamos amor porque es esencial para nuestra supervivencia emocional y nuestro bienestar físico y psicológico. Muchos cometen el gran error de buscar ese amor en lugares equivocados, por lo que, tarde o temprano, terminan lastimados y creyendo que jamás encontrarán el verdadero amor. A pesar de nuestros deslices humanos, desde que nacimos somos muy amados por Dios, quien jamás dejará de hacerlo.
Cada vez que te sientas solo, que te hace falta amor o que creas que no lo mereces por los errores que has cometido, recuerda que jamás podrás escapar del perfecto y eterno amor de Dios, quien nos perdona si nos arrepentimos de corazón y nos da nuevas oportunidades para avanzar, crecer en fe, ser felices y cumplir con nuestro propósito en la Tierra. Aun siendo pecadores y sin merecerlo, nos amó y favoreció con su gracia sobrenatural porque Él es bueno, bondadoso y ve lo bueno que tenemos antes que lo malo.
Como creyentes debemos tener claro que solo Su amor tiene el poder de salvarnos y acercamos al camino que nos lleva hacia la victoria. Este es un buen momento para que reconozcas Su gracia en los pequeños y grandes momentos de la vida y para abrazar cada una de las bendiciones que nos da. En ningún momento pienses que nadie te ama, pues Él te ama más que nadie en el mundo y te lo demuestra todos los días en los pequeños y grandes detalles, solo debes abrir los ojos para apreciar Sus maravillas.
Jamás dudes del gran amor que el Señor siente por ti. Que Su vida sea tu inspiración diaria y que encuentres el camino hacia el gozo y la paz que solo Él sabe darnos. ¡Bendiciones!