Las finanzas personales y del hogar son un tema fundamental en todas las familias. ¿Sabes cómo están tus finanzas? ¿Sabes cuánto dinero entra a tu hogar cada mes? ¿Es suficiente para cubrir tus necesidades básicas? ¿Gastas tu dinero sabiamente? ¿Sueles ahorrar? ¿Tienen deudas? Estas son solo algunas de las preguntas que debes responderte para saber cómo estás financiera y económicamente.
Aunque no soy experta en finanzas, mi trabajo en el reino y en mi hogar, y el ejemplo que me da mi esposo —un gran administrador—, me han enseñado muchísimo del tema. Hay reglas fundamentales que se cumplen en cualquier lugar y en cualquier economía. Si gastas más de lo que cada mes ingresa a tu hogar, sin duda te endeudarás. Si mantienes esta conducta durante varios meses, esa deuda se hará cada vez más grande y podría transformarse en un problema grande a futuro.
Con el paso de los años he aprendido que establecer un presupuesto mensual y ejecutarlo todos los meses es vital. Con base en él sabremos si necesitamos generar más ingresos o si nos estamos endeudando porque no logramos pagar todos los gastos fijos del mes, lo que nos llevará a analizar si debemos reducir gastos innecesarios o si tenemos gastos pequeñitos por donde se escapa el dinero de nuestro hogar.
Como diría mi esposo, los hábitos son la clave para tener éxito en la vida. Es por ello que adquirir este hábito o práctica de realizar un presupuesto mensual nos permitirá tomar acción, ya que lo prepararemos al inicio del mes, lo que nos dará un margen para resolver situaciones que en ocasiones nos toman por sorpresa.
Por supuesto que no es fácil llevar una vida financiera estable en todo momento, sobre todo al inicio de la vida conyugal; sin embargo, las circunstancias no deben ser una excusa para adoptar malas costumbres. Los principios bíblicos acerca de cómo ser diligentes no hacen acepción de personas y no tienen que ver con nuestras oraciones, sino con nuestra diligencia y sabiduría al momento de aplicarlos.
Si ya estás casado, es importante entender que la familia es un equipo integrado por varias personas que deberán conciliar las necesidades y gustos de cada uno, puesto que hay algunas que son compartidas, pero hay otras que son individuales. Lo más importante en todo hogar es que primero se cubran las colectivas, como lo sería la renta o pago mensual de la vivienda, pues son las indispensables para el bienestar de la familia y, posteriormente, con el dinero sobrante, se tomen en cuenta las necesidades individuales, sin descuidar la buena práctica de ahorrar aunque sea un poco.
Nunca olvides que la voluntad de Dios es que nos vaya bien tanto a nosotros como a nuestra descendencia. Él siempre tendrá buenos planes para nuestra vida, por lo que, como Sus hijos, debemos alinearnos a Su perfecta voluntad y creer que, sin importar los problemas o circunstancias, Él nos bendecirá y proveerá.