Cuando estamos por terminar un año e iniciar otro es normal plantearnos nuevas metas. Todas deseamos arrancar una nueva temporada con la mejor actitud y con pensamientos renovados que nos encaminen a ser mejores en todas las áreas de nuestra vida. Como seres humanos no necesitamos suerte para lograr lo que nos proponemos, sino el favor de Dios, el cual también es un don.
Fuimos escogidas mucho antes de la fundación del mundo por la gracia y el favor del Señor, quien es abundante en bondad y desea darle buenas dádivas a todos Sus Hijos. Con el paso de los años descubrí que Dios usa a las personas que se quieren dejar usar. ¿Deseas ser un instrumento del reino en la Tierra? Entonces disponte para que el Señor te use en los próximos 365 días. Él es poderoso y nos ha creado para fructificar.
Las Escrituras nos hablan de frutos por todas partes y la clave para obtenerlos es consagrar nuestra vida al Señor, por lo que producirlos y administrarlos está completamente ligado a la intimidad que tenemos con Él. En este nuevo año sé intencional en soñar con lo que Dios sueña y en no pedirle que Él se ajuste a tus sueños. Cuando nos comprometemos con Sus sueños se aleja la frustración porque ya no generamos falsas expectativas.
Crecer, multiplicarnos y dar frutos es verdaderamente un desafío, sobre todo en tiempos de crisis y en situaciones adversas como las que atravesamos durante el 2020. Sin embargo, las Escrituras nos muestran que en tiempos difíciles fue cuando el pueblo se multiplicó de forma sobrenatural porque Dios aprovecha la crisis para anunciarnos multiplicación. Declara que durante este nuevo año que se aproxima empezará una temporada para dar mayores y mejores frutos.
Te aseguro que si estás cimentada en la Palabra de Dios nunca dejarás de fructificar. No importa si te encuentras en el desierto o en la tormenta, pues si tus raíces están profundas en Él crecerás y la cosecha de tu siembra será mucho más grande de lo que imaginas. Así que si por alguna razón te desviaste del camino correcto este es el momento perfecto para que identifiques el pensamiento que te alejó y para que lo deseches de tu vida. Luego recupera el que te mantenía en la senda correcta y aférrate a él. ¡Un motivo adecuado es más que suficiente para volver a los brazos del Señor!
Recuerda que para incrementar tus frutos debes permanecer en el Señor y anhelar Su presencia. De ahora en adelante enfoca tus oraciones en mejorar tu relación con Él cada día de tu vida, pues es el único que puede darnos la unción y las estrategias para generar un incremento real en nuestros frutos.
¡Que tus frutos sean abundantes en este 2021!