En el libro de Proverbios encontramos varios capítulos que resaltan las cualidades de una mujer virtuosa. El capítulo 31, del verso 10 al 31, puntualmente describe cualidades que las mujeres poseen. Si lo lees en diferentes versiones de la Biblia encontrarás palabras específicas que te darán una mejor comprensión del concepto de mujer para luego contextualizarlo a nuestra época.
Este capítulo habla sobre una mujer casada, madre de familia y empresaria a la que todo le sale bien, nunca le falta nada y está atenta a las necesidades de su esposo e hijos. Ella, además, sabe dirigir a las personas que trabajan a su lado. Hablamos de una mujer que sabe balancear su vida personal, familiar y empresarial a la perfección.
¿Les suena conocido? Yo creo que sí. Todas las mujeres tenemos esas cualidades. Mi mamá es una mujer virtuosa que nos formó para que saliéramos adelante, siendo buenas administradoras, confiables y “luchonas”. Seguramente vienes de una familia donde recibiste un ejemplo similar.
Dios nos otorgó cualidades para desempeñar eficientemente varios roles, por eso somos buenas administradoras de los recursos, organizadas, apasionadas y diligentes. Aunque por lo general nos acusan de que gastamos mucho, la realidad es que somos aliadas para mejorar la economía en el hogar. Por supuesto que gastamos, si somos las responsables de hacer el supermercado, comprar los útiles escolares, pagar el colegio, la ropa de los hijos, el concentrado para las mascotas, hacer los pagos de la luz, del mantenimiento, comprar el gas y todo lo relacionado al funcionamiento del hogar. Así es como hacemos que funcione el presupuesto familiar.
Además, nuestra adaptabilidad nos permite manejar con mucha cordura los cambios y las circunstancias. Observa, por ejemplo, cómo durante esta época muchas mujeres trabajan y contribuyen a cubrir los gastos del hogar sin dejar su rol de mamá, amiga y esposa. ¡Ni qué decir de las emprendedoras! Seguramente tienes alguna hermana o conoces a alguna prima, amiga o vecina que desde su hogar ha utilizado sus talentos para ofrecer un servicio o producto con el fin de que a su familia no le falte nada.
La próxima vez que te pregunten cómo es una mujer virtuosa, mira a tu alrededor, describe a tu mamá, a tu hermana o a tu mejor amiga. También alaba tu trabajo ya que Dios te hizo virtuosa.