Cumpleaños feliz

Cumpleaños feliz

Recientemente, con muchísima alegría, celebré un año más de vida. Al mirar atrás, mi corazón se llena de gratitud, ya que Dios ha sido bueno en cada etapa y Su fidelidad ha sido inquebrantable. En esta etapa, no solo celebro los años que Él me ha permitido vivir, sino que todas las lecciones aprendidas, los obstáculos que me han hecho más fuerte y las victorias alcanzadas mediante la gracia que ha depositado en mí. Sé que soy muy bendecida y amada, y eso es justamente el mejor regalo que he podido recibir en este cumpleaños.

Cada año que pasa, en el que me voy haciendo mayor, procuro vivir al máximo conforme a Su perfecta voluntad, pues solo así lograré cumplir mi propósito en esta Tierra. Han sido décadas maravillosas llenas del favor de Dios y de grandes experiencias, en las que he aprendido, fallado, acertado, madurado, amado y crecido muchísimo. Sé que Dios me creó a Su imagen y semejanza con un enorme propósito, y que me ha bendecido en todo momento porque me ama sin medida, así que me siento sumamente dichosa y especial.

Siempre he dicho que cumplir años no es solamente sumar tiempo, sino reconocer que cada segundo ha sido una oportunidad para servir, amar y crecer en el llamado de Dios en mi vida. A lo largo de los años he aprendido que los cumpleaños no son solo para celebrar y engrandecernos, sino también para rendirnos de nuevo delante de Él. Ser pastora no es solo un título y una posición, sino que es una responsabilidad sagrada que me recuerda, día tras día, que soy solo un instrumento en las manos de nuestro Padre Celestial.

En estos últimos días, en los que he estado rodeada del cariño y amor de mi familia y amigos, el Señor me ha recordado que no camino sola. Tengo un esposo, hijos, nietos, hermanas, amigos y una iglesia que me aman y amo con todo mi corazón, pues son y han sido mi hogar, mi refugio y mi roca en los momentos difíciles y de alegría, quienes, además, me han enseñado que el reino de Dios se construye en comunidad. Oro por el corazón de cada uno de ustedes y para que cada año que él me regale me permita vivir para mostrar su gloria.

Reconozco todos los días que la vida es el regalo más bello que Dios nos ha dado, por lo que te animo a que aproveches cada instante que te permite en esta Tierra como si fuera el último. No gastes tu tiempo en personas y situaciones que solo te restan, sino que, por el contrario, concéntrate y esfuérzate en honrar Sus mandamientos, amar con fuerza, aprender de los errores para ser mejor, dar la milla extra en todo lo que haces y en disfrutar en medio de lo bueno y lo malo. ¡Muchas gracias por celebrar conmigo un año más de vida y por bendecirme con sus detalles y palabras! ¡Bendiciones!