Al momento de convertirnos en padres de familia, lo que primordialmente buscamos es que nuestros hijos crezcan sanos, felices y tomados de la mano de Dios. Uno de nuestros deberes es poder influenciarlos de la mejor manera, ya que conforme crecen les toca tomar sus propias decisiones y elegir por sí mismos. Nuestro deseo siempre será que lo hagan de la manera correcta, por lo que, instruirlos desde pequeños es fundamental.
La Palabra de Dios enseña que debemos instruir a los niños en Su camino para que cuando sean adultos no se aparten de Él. Si tienes hijos pequeños, en estos tiempos tan acelerados y de constantes cambios, puedes aprovechar a sembrar en ellos muchas enseñanzas que probablemente con el tiempo y el ejemplo que les des, darán frutos.
He aprendido que el valor más grande que podemos enseñarles a nuestros hijos es el tiempo, por lo que es vital que saques provecho de cada momento para compartir con ellos, aprende a escucharlos y dedícales el tiempo necesario para bendecir sus vidas, pues ellos son el reflejo del hogar. A las padres de familia primerizos, siempre les he recomendado que trabajen arduamente para que en sus hogares se respire una atmósfera de comprensión y buena comunicación, y que busquen traducir el estrés en acciones de humor y gestos de amor con una palabra o un abrazo que transmita paz y seguridad.
Asimismo, es muy importante alimentar la vida espiritual de nuestros hijos porque significa poder enseñarles a reconocer que somos hijos de un Dios que nos ama y cuida en todo momento. Los hijos, cuando son pequeños, son como esponjas porque absorben todo lo que ven y escuchan, es por ello que es importante organizar un momento dentro de la rutina para explicarles y hablarles sobre la existencia de nuestro Dios.
Aunque como padres de familia delegamos en otras personas el desarrollo intelectual de nuestros hijos, el Señor nos capacitó para inculcar una educación integral en sus vidas, por lo que es fundamental que al momento de instruirlos no solo llenemos sus mentes de historias bíblicas, sino que también les mostremos un evangelio vivo a través de nuestras acciones.
La Biblia, en el libro de Proverbios, dice que Dios ama a los que lo aman y que lo encuentran quienes lo buscan temprano. Es por ello que, como padres de familia, debemos enseñarles a nuestros hijos a que lo busquen y conozcan más y más cada mañana, para desarrollar una fe indestructible. Te aseguro que fomentarles acciones como esta te ayudará a crear un ambiente seguro para que se sientan amados y especiales en todo momento, a pesar de las circunstancias.
¡Qué Dios te guíe y te llene de sabiduría para influenciar a tus hijos de la mejor manera!