Como muchos saben, hace algunos años lancé mi segundo libro Mírate bonita, mírate feliz. Una invitación a descubrir quién eres, en el que explico cómo las heridas psicológicas y emocionales que nos afectaron en determinado momento de nuestras vidas nos siguen provocando traumas profundos que nos impiden descubrir nuestra verdadera identidad como hijas, madres, novias, amigas y profesionales. Solo cuando entendemos lo valiosas que somos para Dios empezamos a notar el concepto que deberíamos tener de nosotras mismas, por lo que me encanta compartir sobre este tema siempre que puedo.
Me siento sumamente emocionada, agradecida y contenta porque el Señor me sigue abriendo puertas para hablar de la esencia e identidad de las mujeres no solo en mi país, sino que también en muchos otros más. Este viernes 26 y sábado 27 de abril participaré como speaker en el congreso de mujeres “Esencia e identidad” 2024, organizado por la iglesia Monte Sinaí, que se ubica en Atlanta, Georgia, Estados Unidos.
Monte Sinaí, liderada por los pastores Eli y Paola Chávez, es una iglesia global con varias localidades en Estados Unidos, México, Guatemala y Nicaragua, así que me siento feliz por esta gran oportunidad que el Señor abrió para compartir Su palabra con muchísimas mujeres que buscan crecer en fe y reconocer su identidad en Él. Además, compartiré este tiempo especial con grandes mujeres como la pastora general de dicha iglesia, Paola Chávez, y con la apóstol panameña, Key Lewis.
Con el paso de los años he aprendido que las cualidades, los defectos, las circunstancias de vida y las personas que nos rodean nos influyen, pero no deben determinarnos. Lo único que debería determinar nuestra identidad y darnos un sentido para vivir es lo que en mi segundo libro llamo un detonante infinito; pues, si permitimos que sean nuestras cualidades, defectos, circunstancias o —peor aún— otras personas las que nos determinen, es porque nuestra identidad no está basada en los pilares correctos.
Tenemos que entender que no somos una producción en masa. Dios, cuando pensó en cada una de nosotras, no nos hizo con el mismo molde que a otras personas, sino que artesanalmente, único. Así fue como nos creó: con detalles y delicadeza. De esto y más estaré compartiendo en el congreso en mención; de igual forma, si quieres explorar más sobre este tema y aún no has leído mi libro, te invito a hacerlo. Adquiérelo junto con Mi cuaderno de identidad –un complemento esencial para la lectura de mi manuscrito– en la librería de Casa de Dios o a través de Amazon.
Si estás en Atlanta, no te pierdas esta gran oportunidad de instruirte, de continuar desarrollando tu fe y de llenarte de la presencia del Espíritu Santo. Estoy segura de que el Señor tiene algo especial preparado para la vida de cada asistente en estos dos días que estarán llenos de Su gloria y presencia, así que espero verte pronto en este bello congreso. ¡Que Dios te bendiga!