En la actualidad, el mundo está disponiendo sobre la soberanía de Dios, pero nosotros no tenemos que hacerlo. Él decidió las características con las que nos creó a cada una de nosotras: desde la biología y nuestros genes, los cuales nos define como mujeres, hasta el color de nuestra piel.
Yo tuve que descubrir que había un deseo en mi corazón y una herencia en los genes de mi mamá. Desde pequeña quería estudiar magisterio y, cuando me convertí al Señor, lo primero que Dios hizo fue ponerme un franelógrafo y muchas figuritas en las manos para que, a través de esas herramientas, les enseñara a los niños sobre la Biblia.
Génesis 1:20-26 dice: “Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Esto quiere decir que tenemos autoridad. Ahora ya podemos entender por qué Jesucristo pudo caminar sobre el agua y calmar la tempestad. Esta porción de la Biblia también nos enseña que la tierra produce semilla, así como animales que se arrastran y bestias.
Para que podamos definir qué somos, si somos mujer u hombre, tenemos que ver nuestros genes, los cuales son los que nos definen por los cromosomas. Nosotros tenemos un diseño original y planificado por nuestro Creador, quien quiere que enseñoreemos sobre aquellos mundos, no que aquellos mundos nos enseñoreen a nosotros. A esos mundos les dijo: “Multiplíquense, llenen la Tierra”, pero a nosotros nos dio otras instrucciones: que enseñoreemos, bendigamos, transformemos, cambiemos y creemos algo nuevo para que Su gloria sea exaltada.
Lucas 1:31 dice: “Ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”. Tenemos mucho valor como mujeres, por lo que tenemos que transformar todo lo que somos en cosas buenas para darle la gloria a Dios. El politólogo, escritor y conferencista argentino, Agustín Laje, dice que todos los dispositivos nos quieren culturizar y que en ellos se están transmitiendo significados equivocados de palabras que originalmente tenían un significado poderoso.
Tenemos la autoridad para ver la bendición en nuestras vidas. Tú tienes la autoridad para salir de la enfermedad y de cualquier problema porque estás diseñada a imagen y semejanza de Dios. ¡Tú eres dadora de vida!
María, la madre de Jesús, tuvo que pelear por todos esos pensamientos y paradigmas. De seguro ella vio a muchas mujeres embarazadas que dieron a luz a un bebé, pero a la hora de que ella vivió esa experiencia, creyó en Su Dios. Ella peleó por lo que estaba en su vientre en oración. El Señor nos afirma lo importante que son la maternidad y la paternidad, las cuales quieren manifestarse en tu vida. No dejes que alguien más te engañe con las cosas del mundo.
Salmos 139:13-16 dice: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.
Dios es el principio y el fin, y nos trajo a la vida. Pertenecemos a Su reino divino y somos una creación perfecta, pues tenemos cromosomas únicos y producimos vida. Dios quiere que seas una mujer determinada, entregada, diligente y digna. ¡Eres una mujer valiente y esforzada, así que decláralo con libertad!