De acuerdo con la publicación científica Our World in Data, la cual muestra el cambio en las condiciones de vida en todo el mundo, alrededor de 150 personas mueren al día por distintas causas. La muerte es un acontecimiento esencial en la aventura de la vida humana, una realidad que absolutamente todas las personas tendremos que atravesar en el momento que Dios lo tenga destinado.
El cerebro humano es el único órgano del cuerpo que posee la capacidad de abstracción y asimilación de que existe un pasado, un presente y un futuro que suele ser incierto para la mayoría. Es por ello que pensar en la muerte asusta y causa temor, sin embargo, como creyentes e hijos de Dios debemos vivir con la seguridad de que después de la muerte terrenal hay vida eterna y tenemos acceso a ella.
Debemos entender que, aunque la muerte causa dolor y confusión, es parte del plan soberano de Dios para la vida de cada uno de Sus hijos. A pesar de que es complicado atravesarla, Él tiene el completo control de las situaciones que nos tocan vivir y la autoridad absoluta sobre todas las realidades, tanto en el cielo como en la Tierra, incluyendo la muerte.
A pesar de que para muchos seres humanos el tema de la muerte sigue siendo enigmático, Jesús, por medio de la Palabra, nos dice que morir también es significativo para la gloria de Dios. Para Él, la muerte no representa un enigma, por lo que tampoco tiene que serlo para nosotros. Desde la perspectiva de la eternidad, la muerte es simple y sencillamente un enemigo de Cristo al que debemos vencer. Él es la resurrección y la vida.
Si eres de las personas que le temen a muerte, te animo a llenarte de valentía porque en esta Tierra estamos solo de paso, pues gracias a la obra de Jesucristo en la cruz del Calvario la muerte se convierte en una realidad secundaria. No te aferres a este mundo para que te sea mucho más fácil aceptar que en algún momento ya no estarás carnalmente; por el contrario, declara con fe que tus días serán eternos en el cielo.
Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo vivirá, pero muchos sabemos que nuestra estancia en la Tierra es solo un capítulo de nuestra existencia y no el final. A diario estamos rodeados de personas que desean vivir eternamente y a ellas tenemos una buena noticia que compartirles: ¡todos resucitaremos para adorar al Señor! Si crees en Jesús, ten la seguridad de que superarás la muerte física y evitarás la muerte eterna.
¡En Él encontramos vida y esperanza!