Todos iniciamos de diferente manera un nuevo año, algunos con muchísima energía y ganas, mientras que otros con cansancio y cargas por las dificultades vividas en los últimos meses. Sin embargo, a pesar del estado de ánimo de cada quien, puedo asegurar que la mayoría iniciamos un nuevo año decididos a tomar los retos que se presenten y a comenzar nuevas temporadas.
Como seres humanos, muchas veces permitimos que nuestras emociones definan nuestras temporadas, por lo que en este nuevo año que recién inicia, te animo a que todos los días le preguntes a Dios qué es lo que quiere para tu vida, con el objetivo de que el Espíritu Santo te lo revele, pues solo Él sabe en qué área debes trabajar más para crecer y ser como Él.
Este es el momento ideal para ver a Jesús como tu máxima inspiración, ya que es Él la única persona en el mundo entero que nos da la fuerza para sobrepasar cada reto o problema que se presenta. Con el paso de los años he aprendido que, si nos enfocamos en cumplir únicamente las estrategias y planes que nos proponemos, dejamos de asombrarnos en Jesús, por lo que decrecemos en nuestro liderazgo en Él.
Cuando conocemos a Jesús, nuestra vida cambia por completo y logramos avanzar en todas aquellas áreas en las que nos sentíamos estancadas. Quiero decirte con mucha fe que, en medio de lo que en este momento estás atravesando y lo que estás por atravesar, porque la vida está llena de constantes retos, Él te quiere enseñar algo más de Él que aún no conoces.
Cuando atravesamos los distintos retos bajo el liderazgo de Jesús, cualquier miedo o angustia que sentimos se convierte en confianza. Como creyentes, tenemos la capacidad de vivir de reto en reto, pero también de gloria en gloria, de crecimiento en crecimiento y de milagro en milagro. Me encanta pensar en esto cuando siento que una dificultad es insuperable, porque jamás lo será.
Cada vez que sientas que ya no puedes más y que la vicisitud que estás viviendo es demasiado para ti, recuerda que, aunque seamos presionadas, nunca seremos aplastadas y que, aunque suframos, como seguidores de Cristo, sufrimos con la perspectiva correcta porque no estamos solos y somos liderados por Él. No permitas que los retos de este año roben tu fe y esperanza, pues todo tiene un propósito.
Todos los desafíos que en estos días decidas tomar, tómalos bajo el liderazgo de Jesús, ya que cuando obedecemos Sus instrucciones, la recompensa es muchísimo mejor que la circunstancia o el sacrificio que vas a pagar. En este 2023, un año de nuevas temporadas, sé intencional en atravesar cada reto que se presenta, sin importar su tamaño, llena de fe.