En el mundo hay millones de mujeres que, por distintas circunstancias, han tenido que criar a sus hijos solas. Esta situación suele generar complejos por lo complicada, cansada y estresante que suele ser. Es común que a las madres solteras les surjan miedos y dudas relacionadas a la crianza de los niños, a la economía y a la responsabilidad que implica desempeñar el papel de mamá.
Quiero decirte que una madre siempre será madre sin importar su situación. Su labor empieza incluso antes del parto y cuando el bebé ya está en sus brazos se dedica a alimentarlo e instruirlo. Esto quiere decir que una madre tiene estas y muchas otras cualidades sin importar si es rubia, si es alta, si está casada, si está divorciada, si es soltera o si tiene un título profesional. Ser madre no es una cuestión espiritual ni religiosa, sino puramente natural.
Es fundamental que entendamos que la presencia de Dios es importante en estos casos. En el 2012 el Diario de Matrimonio y Familia publicó un estudio que tomó como muestra a 1 mil 134 madres solteras y llegó a la conclusión de que las madres que asisten a servicios religiosos ofrecen mayores oportunidades de desarrollo para sus hijos.
Asimismo, un reporte publicado ese mismo año por Child Trends demuestra que independientemente del estatus económico de una madre soltera, a las que con regularidad se les ofreció apoyo emocional criaron hijos exitosos que tendían a mostrar alta competencia social y compromiso académico.
Otro estudio publicado en el 2002 por la Revista de Demografía de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), demostró que los adolescentes que viven con madres solteras en hogares multigeneracionales tienen desarrollos que son “por lo menos, tan buenos y muchas veces mejores que los de los adolescentes en familias de un matrimonio”.
Sin embargo, siempre hay excepciones a casi cualquier regla. También hay madres solteras que de uno u otro modo les fallan a sus hijos, pero lo que intento demostrarte es que no dejas de tener identidad de madre solo por no tener a alguien a tu lado y que, en estos casos, Dios puede ser el mejor aliado.
Si eres madre soltera y vives afligida por lo que implica o por el qué dirán, es un buen momento para que le entregues todo a Dios, quien cambiará los malos sentimientos por buenos, para que disfrutes cada etapa. Aunque tengas innumerables cosas por hacer, procura pasar tiempo con tu hijo, háblale sobre su papá si lo consideras necesario, pide ayuda si la necesita, crea un hogar seguro con bases sólidas y disfruta la bendición de ser mamá.
Si quieres instruirte más en este tema, te invito a leer mi libro Mírate Bonita, mírate feliz, que lancé oficialmente a finales de 2021. En él abordo de forma más profunda, entre otros temas, todo lo relacionado a la identidad durante la maternidad.