Como si nada ya casi finaliza el primer mes de 2022. ¿Cómo fueron estos primeros días del año para ti? Para el mundo entero continúa siendo un momento difícil, pues ya la pandemia y ciertas restricciones continúan. Esto y muchas otras adversidades hacen que fácilmente nos desanimemos, por lo que debemos ser conscientes de que, a través de la Escrituras, podemos encontrar la fuerza que necesitamos para levantarnos.
Sin importar la circunstancia que atravesemos es importante que nunca dejemos de orar ya que el Señor, tarde o temprano, responderá. En la parábola del juez injusto y la viuda podemos observar que, aunque la respuesta tardó, fue la insistencia de ella la que hizo la diferencia. La viuda siempre iba con la misma petición y la respuesta negativa por parte del juez no la hizo desistir. Muchas cosas vendrán a nuestra vida cuando oremos de forma constante y sin desmayar.
Para alcanzar las bendiciones que Dios tiene para nosotros debemos esforzarnos continuamente, sin rendirnos. Las cosas no debemos hacerlas una vez, sino varias, ya que la insistencia en nuestras oraciones muestra la plena convicción que tenemos en Dios y en Sus promesas.
Jesús busca gente que confíe en Él, que le insista por sus peticiones en todo momento. Confiar en el Señor siempre implicará realizar acciones. No podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando un milagro y más bien debemos actuar. Recuperemos el ánimo, enfoquémonos en Su Palabra y veremos la manifestación de Su poder a nuestro favor.
Hasta las personas con más fuerzas se pueden llegar a desanimar, pero ten por seguro que solo quienes esperan en Dios pueden tener la total seguridad y certeza de que tendrán nuevas fuerzas a pesar del cansancio y el desgaste. Si estamos desmayando en nuestra oración es tiempo de pedirle fuerzas a Dios y de tener claro que la adversidad jamás detendrá el poder de una genuina oración.
Debemos reconocer que nuestras peticiones se las estamos haciendo a nuestro Dios, quien en todo momento es bueno con Sus hijos. Debemos pedir que Su reino venga y se establezca en nuestra vida, puesto que sin importar las faltas que hayamos cometido Él primero es padre y luego juez.
Te animo a que en los próximos once meses del año mantengas el buen ánimo hasta alcanzar lo que Dios ya prometió para tu vida. Jesús nos dio el ejemplo de cómo debemos perseverar a pesar de las circunstancias. Delante de Su presencia encontraremos las fuerzas, el ánimo y la confianza que necesitamos para continuar con paso firme. Nunca olvides que los pensamientos y los planes de Dios son de bien y esperanza. ¡Levanta el ánimo porque tiempos mejores vienen!